No puedo ni pretendo hablar con objetividad sobre estos cuatro amigos. El día que me dijeron -hemos montado una banda nueva, mi contestación fué.. otra?!, porque escribir su punkrriculum pasado y actual sería inteminable. Tras un tiempo ensayando, cambios de nombre y algunos conciertos, disparan con su tanque a nuestros oidos este disco, una rafaga de 8 cañonazos de rabia incontenida. Cómplices habituales, Bernat y Martí rascan sus cuerdas con crudas melodías ásperas, sin florituras ni concesiones, mientras Lluis aporrea su incorruptible TuPa radikal más furioso que nunca. Quede claro, este sonido no es apto para gente que no padezca un avanzado estado de infección por el punk. Marc, de quien seguimos hace años sus fanzines, grita en bon mallorquí oscuros textos bélicos, de frustación e ira. Sentimientos ahogados por una realidad que apesta a muerte y a ceniza. Y lo hace con un continuo delay, para que te los comas repetidos. La grabación de este engendro tuvo lugar en un local de ensayo lleno de litronas y ceniza del mítico Hipodromo (el club de petanca más macarra de nuestra ciutat) por parte de Bala Enverinada, un año antes de su edición. El master corrió a cargo del gran Tomeu en DST Studi. Del diseño se ha ocupado Jordi Mayol (con un mensaje binario oculto acaso?). Este vinilo que deberías pinchar a 45rpm con el volumen a toda ostia, ha sido realidad gracias al apoyo de tres sellos implicados en esta contienda: Discos Enfermos, Kibou y el mallorquin Metadona records. Desde una isla mediterranea invadida por ejercitos con chanclas, una agónica banda sonora para reflejar la batalla cruel y definitiva que esta humanidad se esta ganando a golpes de injusticia. 'Guerra, Mort, res te sentit' (Iñaki)