(Met.19) 2015
En el punk, al igual que en la sociedad que lo envuelve, existen ganadores y perdedores. Los primeros, haciendo gala de sus habilidades sociales, saben cómo montárselo para triunfar: saben relacionarse, dónde tocar, a qué sonar y con quién sacar los discos. Los segundos sólo entienden de pasión. No hay más. Es en esta segunda clase dónde se han ido a juntar TRANCE y SUICIDAS. Dos bandas que desprenden honestidad y nada ni nadie podrá cambiarles. Sus canciones suenan a lo mismo aunque, en mi opinión, las canciones desprenden más veneno y malestar que nunca. Algo o alguien les está jodiendo de verdad y las cuatro canciones son una clara muestra de ello. Mentiras, traiciones y golpes. TRANCE y SUICIDAS no están contentos y quieren que lo sepas. A mí me sabe muy mal que lo pasen mal, pero joder, debo reconocer que estoy disfrutando mucho en su frustración, mierda ya. (Héctor Sudor)